De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
| De la serie animales y otros bichejos: | ||
| ||
| Nombre común: | Tove Torvalds | |
| Nombre científico: | Femina Torvalia Karatekensis | |
| Especie: | Gineceica Nonagraciata | |
| Subespecie: | Femina Linuxifera | |
| Alimentación: | Pingüinos vivos | |
| Apariencia: | Hembra de la especie que tiene el valor de aparearse con un informático | |
| Hábitat natural: | salas de servidores clandestinas | |
| Localización: | Oregón, Estados Unidos | |
| Número aproximado de ejemplares: | uno o muchos | |
| Fecha de extinción: | Qué va, en expansión | |
| Pokemonización: | Groudon | |
Tove Torvalds es la mujer de Linus Torvalds. Conocida además por sus siete campeonatos de Kárate y sus encuentros mortales con pingüinos.
Este personaje merece un lugar en la Frikipedia por varios motivos. El primero y más importante es que ha sido campeona de karate seis veces, lo que le da unas reminiscencias chucknorrianas muy de tener en cuenta. El segundo es ser la mujer de Linus Torvalds, ese gran friki creador de Linux (sistema operativo que hace las veces de pene entre los frikis informáticos). El último, pero no el menor, es haber conseguido que esa mala bestia con cejas de reno la fecunde tres veces, dando lugar a sus hijas Patricia, Daniela y Celeste.
Este pintoresco personaje vio la luz por primera vez en 1993. Hasta entonces se había mantenido en un sótano lúgubre, aterrada por el mundo exterior; pero en ese momento logró reunir el valor suficiente y huir de allí; sus padres hicieron una gran fiesta para celebrarlo. Tove, pese a su seclusión, era fuerte. Muy fuerte. Y ya no tenía nada que perder.
No nos extrañe por tanto que ganase de una tacada seis campeonatos de kárate en Finlandia, país muy aficionado a las artes marciales, y esto le dio derecho a un ordenador con el que se puso a ligar a través de la incipiente internet. En éstas que Linus Torvalds pasaba justamente por allí probando su flamante sistema operativo. Ninguno de los dos tenía webcam porque todavía no se habían inventado (y aunque Linus hubiera tenido, habría sido sólo Windows), así que no se dieron cuenta de que ambos eran más bien feetes. De forma que quedaron, ninguno de los dos llamó a la perrera, y surgió el amor.
La unión de ambos frikis parecía destinada a traerles la felicidad. Pero en éstas que empezaron los problemas: cada vez que se iban de vacaciones, una irresistible fuerza parecía atraer a los pingüinos hacia la pareja. Suerte que Tove conseguía casi siempre liquidarlos a hostia limpia. En una ocasión un pingüino llegó a morder a Linus, y cuenta la leyenda que ella enfurecida lo devoró vivo.
Este peculiar ser tiene varios elementos que lo hacen fácil de identificar.
Tove no es, se mire como se mire, muy agraciada. Sus ojos caídos y su mentón con forma de croasán la hacen más bien feeta. Podríamos pensar que no puede aspirar a algo mucho mejor que su actual marido. Por suerte la pareja tiene otros atractivos.
Tove tiene una inmensa fuerza física que la hacen capaz de desmembrar a un toro bravo con sus propias manos y hacerlo carpaccio sólo con el canto de la mano. La precisión de su golpe es tal que se dice que puede extirparle el apéndice a un mosquito de un manotazo, al grito de "¡¡¡Kiááá!!!"
Tove vive en un suburbio de Oregón. Se han documentado numerosos avistamientos en varios elementos del paisaje:
Se rumorea que el jabón Dove quería usarla para sus anuncios. Después de sacar a modelos gorditas, conocidas popularmente como chicas Dove, habría una hornada de chicas Tove: modelos de rostro difícil. En el último momento la empresa puso a viejunas de 60 años, perdiendo el mercado local de Torrelavega. Esta leyenda urbana es palmariamente falsa. Las chicas de Torrelavega, para empezar, no pueden ser todas feas como dice Torbe.
Tove ha hecho el sexo con Linus al menos tres veces, dando lugar a sus tres hijas. No dudamos que las tres serán guapísimas, rompiendo la maldición familiar.
El interés científico nos lleva a investigar. ¿Son las restantes mujeres de informáticos igualmente poco agraciadas, o ha tenido Linus mala suerte?
La respuesta nos llega tras la investigación perseverante, navegando a través de lo ancho de la procelosa internés. Es así como encontramos a la mujer de Alan Cox, Telsa Gwynne. Efectivamente, tampoco es lo que se dice "guapa". La teoría parece afirmarse. (En honor a la verdad, tenemos que decir que Telsa parece ser un encanto, a juzgar por su diario online. Las apariencias engañan una vez más, las muy hijas de puta.)
Hay que dar gracias al cielo de que GPL, la FSF y otras fruslerías.
Aun saliéndonos del tono neutro que es deseable para un artículo científico, no podemos resistirnos a hacer un par de recomendaciones a los jóvenes:
Autor(es):
